10.01.2014

Ayer me apetecía escribir.
Tenía la sensación de que era otra persona diferente, que en cierto modo había cambiado, que por fin me estaba adaptando a las circunstancias después de un año de aguacero y estaba empezando a disfrutar de los vaivenes que se presentaban en el día a día.
No me importaba llevar 1 euro en el bolsillo, porque había riqueza en mi interior.
Simplemente ganas de vivir y de lo que llega compartiéndolo con la gente que me rodea, afrontándolo sin miedos.

I.

9.03.2014

Mundo,¿Me haces un regalo hoy?

Me gustaría levantarme un día con cara de haber dormido poco bajo las sábanas por jugar con ellas la noche anterior.
Mirar a un lado de la almohada y encontrarme una flor acompañada de un anillo: fino, sencillo, delicado...
Se me iluminaría la cara, iría ansiosa andando por el pasillo y me encontraría en la mesa del salón un maravilloso desayuno acompañado con lo mejor, tú.
Y no pararía de besarte, hasta que se gastasen tus labios, hasta que no supieran dulces...
Qué lejos quedan a veces los sueños de la realidad.

I.

5.05.2014

Your life defines you.

Hace mucho que quería escribir un poco sobre los sentimientos y las emociones acaecidas desde que me encuentro viviendo en la capital, pero nunca había encontrado el momento. Quizás por no tenerlo materialmente, cosa totalmente verídica, o por falta de valor a reconocer y darme cuenta de ciertos aspectos que a veces quieres apartar y concentrarte en lo realmente crees “importante”.
Digo “importante” porque no hay nada tan importante como la propia felicidad de uno mismo, puede que eso sea lo primero que haya aprendido o que he vuelto a recordar.

Nos pasamos media vida pensando dónde queremos vivir, qué queremos estudiar para trabajar en el trabajo de nuestros sueños (que ahora con uno cualquiera basta), qué queremos ver, en qué momento y con quién queremos hacer una cosa u otra... Tanto es así, que se nos olvida el motivo por el que queremos hacer cada una de esas cosas. Nos justificamos una y otra vez para hacer más veces las cosas que debemos en lugar de las que deseamos, pensando que nos servirá para llegar a nuestra meta final.
Gestionamos nuestras relaciones de una manera insana, cuando no llamamos, deberíamos haberlo hecho, intentas llamar a gente que nunca te llamará y te llaman personas a las que no les cogerás el teléfono o le dirás que estás ocupado. Pasará incluso con las personas que compartes más que una relación amistosa tácita. 
También compartirás tu vida con gente con la que no tienes nada que compartir ni te quieren en su vida, pero una vez más deberás hacerlo y conocerás a personas que quieren que estés en sus vidas y no te das ni cuenta. Y verás que no siempre quién te quiere estará a tu lado, a veces, no dolerá y otras sí. Depende de cómo seas capaz de procesar esas emociones y pensamientos.
Tendrás que convivir con ello.


Sin duda, estas no serán ni las palabras más adecuadas ni mejores para expresar todo lo que siento. Nunca se me dio bien formar muchas frases juntas sin aturullarme y que la cabeza se me hiciera un lío. Pero esto es lo que soy.


I.

3.16.2014

No pertenecer al mundo.

Me he llevado media vida soñando con viajar y vivir en otras ciudades o países.
Pensando que de esta forma, la oscuridad que a veces me embriaga en el interior se iría sin más y podría ser una persona más feliz.
Pero no ha sido así.
Ahora vivo en otra ciudad, lo suficientemente alejada para vivir apartada de lo que conocía y no me gustaba, pero lo suficientemente cerca para no echar de menos a quién realmente me importaba dejar atrás.
He de decir que el cambio además, me ha cambiado a mi.
Conocer a nuevas personas, y ver que el mundo está igual de contaminado aquí que en la Conchinchina me hace plantearme la existencia del ser humano. 
¿Al final qué queda? Si las personas que te rodean en el trabajo sólo piensan en ser mejores que tú a costa de cualquier cosa. Tus compañeros de clase te tratan como si fueras débil e inocente y encima tú hasta te lo crees...

Siempre me he considerado una persona sociable y abierta con todo el mundo, aunque es cierto que desde que me hice mayor, ya que cuando era pequeña nunca tenía amigos, y eso justo me hace cuestionarme mi propia naturaleza. ¿A qué vine yo al mundo? o más bien, ¿Qué quiero esperar de él?.
Quizás cuando me hice mayor lo que hice fue intentar encajar en un puzzle en el que finalmente las piezas han cedido porque no era el sitio correcto de esa pieza, y ahora al salir del molde no se siente agusto, ni allí, ni aquí. Pero realmente llegué a pensar que había encontrado mi verdadero ser cuando lo conocí a él y aunque somos muy felices, yo sigo sintiendo este vacío por dentro.

Me gustaría encontrar una respuesta a mi mundo interior.
Me gustaría ser la persona que fui en aquellos días llenos de peonías y margaritas.
Me gustaría ser más valiente y fuerte, ir a por mis sueños.
Me gustaría encontrar mi sitio.
Me gustaría saber si realmente el problema reside en mí, o es la existencia contaminada de cada uno de los viandantes la que hace que mi mundo interior se venga abajo con cualquier ataque.


I.