3.16.2014

No pertenecer al mundo.

Me he llevado media vida soñando con viajar y vivir en otras ciudades o países.
Pensando que de esta forma, la oscuridad que a veces me embriaga en el interior se iría sin más y podría ser una persona más feliz.
Pero no ha sido así.
Ahora vivo en otra ciudad, lo suficientemente alejada para vivir apartada de lo que conocía y no me gustaba, pero lo suficientemente cerca para no echar de menos a quién realmente me importaba dejar atrás.
He de decir que el cambio además, me ha cambiado a mi.
Conocer a nuevas personas, y ver que el mundo está igual de contaminado aquí que en la Conchinchina me hace plantearme la existencia del ser humano. 
¿Al final qué queda? Si las personas que te rodean en el trabajo sólo piensan en ser mejores que tú a costa de cualquier cosa. Tus compañeros de clase te tratan como si fueras débil e inocente y encima tú hasta te lo crees...

Siempre me he considerado una persona sociable y abierta con todo el mundo, aunque es cierto que desde que me hice mayor, ya que cuando era pequeña nunca tenía amigos, y eso justo me hace cuestionarme mi propia naturaleza. ¿A qué vine yo al mundo? o más bien, ¿Qué quiero esperar de él?.
Quizás cuando me hice mayor lo que hice fue intentar encajar en un puzzle en el que finalmente las piezas han cedido porque no era el sitio correcto de esa pieza, y ahora al salir del molde no se siente agusto, ni allí, ni aquí. Pero realmente llegué a pensar que había encontrado mi verdadero ser cuando lo conocí a él y aunque somos muy felices, yo sigo sintiendo este vacío por dentro.

Me gustaría encontrar una respuesta a mi mundo interior.
Me gustaría ser la persona que fui en aquellos días llenos de peonías y margaritas.
Me gustaría ser más valiente y fuerte, ir a por mis sueños.
Me gustaría encontrar mi sitio.
Me gustaría saber si realmente el problema reside en mí, o es la existencia contaminada de cada uno de los viandantes la que hace que mi mundo interior se venga abajo con cualquier ataque.


I.