Hace
mucho que quería escribir un poco sobre los sentimientos y las emociones
acaecidas desde que me encuentro viviendo en la capital, pero nunca había
encontrado el momento. Quizás por no tenerlo materialmente, cosa totalmente
verídica, o por falta de valor a reconocer y darme cuenta de ciertos aspectos
que a veces quieres apartar y concentrarte en lo realmente crees “importante”.
Digo “importante” porque no hay nada tan importante como la propia felicidad de uno mismo, puede que eso sea lo primero que haya aprendido o que he vuelto a recordar.
Digo “importante” porque no hay nada tan importante como la propia felicidad de uno mismo, puede que eso sea lo primero que haya aprendido o que he vuelto a recordar.
Nos
pasamos media vida pensando dónde queremos vivir, qué queremos estudiar para
trabajar en el trabajo de nuestros sueños (que ahora con uno cualquiera basta),
qué queremos ver, en qué momento y con quién queremos hacer una cosa u otra... Tanto
es así, que se nos olvida el motivo por el que queremos hacer cada una de esas
cosas. Nos justificamos una y otra vez para hacer más veces las cosas que
debemos en lugar de las que deseamos, pensando que nos servirá para llegar a
nuestra meta final.
Gestionamos
nuestras relaciones de una manera insana, cuando no llamamos, deberíamos haberlo
hecho, intentas llamar a gente que nunca te llamará y te llaman personas a las
que no les cogerás el teléfono o le dirás que estás ocupado. Pasará incluso con
las personas que compartes más que una relación amistosa tácita.
También compartirás tu vida con gente con la que no tienes nada que compartir
ni te quieren en su vida, pero una vez más deberás hacerlo y conocerás a
personas que quieren que estés en sus vidas y no te das ni cuenta. Y verás que
no siempre quién te quiere estará a tu lado, a veces, no dolerá y otras sí.
Depende de cómo seas capaz de procesar esas emociones y pensamientos.
Tendrás que convivir con ello.
Tendrás que convivir con ello.
Sin
duda, estas no serán ni las palabras más adecuadas ni mejores para expresar
todo lo que siento. Nunca se me dio bien formar muchas frases juntas sin
aturullarme y que la cabeza se me hiciera un lío. Pero esto es lo que soy.
I.