Aquel catorce de Julio. Parte 1

Aquel día nada era normal, desde los nervios de saber a quién tenía a mi lado como el ser consciente- o no- de lo que estaba haciendo, asumiendo todas las consecuencias de lo que creía ver fracasar.

Pero no fue así, resultó ser justamente la antítesis de lo que solía pasar siempre... Aquel día a pesar de ser raro e inusual, estaba siendo real.
Aprovechaba la conducción para evitar mirarte, si lo hacía me daba cuenta que estabas ahí, que habías acudido a la cita, que ya no teníamos una relación profesional como justo teníamos dos días antes. Te escuchaba hablar sin parar, aunque me costaba seguir tu ritmo, tenía la mente en cuando bajáramos del coche y en la locura que me parecía que estaba cometiendo, pero aún así era inevitable decir que no.
Los mil discos que escuchamos, marcarían la banda sonora de los siguientes meses, pero aún no lo sabíamos y la escuchábamos ajenos a lo que se nos venía encima.

Aquel día hacía calor, y no solo por el increíble sol que se reflejaba en el mar de forma altiva, sino por el roce de tu piel que hacía que la mía se erizara de forma que cada poro ardía. Los plomos de la electricidad de mi cuerpo saltaban lentamente, notaba como chispitas recorrían mi piel... y cada vez estábamos más cerca.

Lo demás mejor dejarlo para el recuerdo, o quizá os lo cuento otro día.

I.